Introducción
Quisiera hablarle de un personaje de la biblia
que muchos conocen, que han escuchado muchos sermones del mismo, pero hoy
quiero hablarle de Naamán, pero de una manera diferente.
Siria e Israel estaban en guerra, y Dios había
dado victoria a Siria Atreves de Naamán.
Siria no era el pueblo de Dios, más sin
embargo el mismo Dios da Victoria a los sirios que eran paganos que incluso no
sabían del Dios de Israel sino mas bien adoraban a Rimon.
¿Cabe preguntarnos, porque Dios da victoria a
un pueblo pagano, un pueblo que no es el suyo?
Es que Dios tiene un destino definido para
cada uno de nosotros, y Dios permita circunstancia en nosotros para moldear su carácter,
para llevarnos al destino profético de nuestras vidas en él.
Dios da la victoria a Siria porque Israel
estaba sumergida en idolatría, sumergida en pecado y desobediencias.
Y esto ocurre porque Dios quiere saber dónde está
nuestro fundamento, porque hay personas que no saben cual es su fundamento,
están en la iglesia y dejan de ir porque el hermano no lo saludo, porque ese
fundamento depende de las personas no de Dios.
Debemos de saber que el amor de Dios solo es rosa
sino también espinas y el padre que amos a su hijo lo corrige.
·
Características de Naamán
1- Lo tenían en alta estima, porque había dado
muchas victorias a Siria atravesó de él.
2- Valeroso en extremo. valeroso es valiente y la
biblia nos manda a que seamos muy valiente.
3- Era general
Naamán era un hombre que era lo mejor que había
ante los ojos del rey, porque este era instrumento de victoria, era alguien aquel
se le podía asignar una tarea.
Naamán reunía las condiciones y tenía una
posición en una nación que cualquier humano quisiera tener, pero, siempre el, PERO, esta tenía lepra. y esto no impedía
que Naamán fuera el gran guerrero sirio que había dado victorias
importantísimas a su país y su rey, Naamán era un hombre valiente, pero ojo con
esto valiente no porque no le teniendo a nada valiente significa, dentro del contexto
del pase es alguien vigoroso, fuerte que persiste, alguien que no se detiene
por nada ni nadie asta no terminar la encomienda que se le ha asignado.
Los ojos de aquel rey sirio estaban fijados en
Naamán, pero los ojos de alguien más también se habían fijado en el por la
condición de ser esforzado y valiente y jehová de los ejércitos ya tenia los
ojos en Naamán cuyo nombre significa agradable, porque Dios le agrada las
personas que son valiente sino lea el capitulo 1 del libro de Josué, que no
solo nos dice que sea valiente sino muy valiente (Josué 1:7).
Dios demanda de nosotros que seamos valiente
porque el se place en lo valiente el le agrada los valientes porque los
valientes son los que arrebatan (Mateo 11:12).
Los sirios llevaron bandas armadas y pusieron
en cautiverio a Israel, pero en todo esto Dios tenia un plan, Dios tiene en sus
manos un destino profético para nosotros que, aunque las circunstancias
muestren otra versión de ese plan, Dios jamás te soltara hasta no cumplir es
propósito,
Y para llevar a cabo este propósito nuestros
actos y nuestro carácter jugara un papel importante en en este plan. Y miremos
el verso 2
Y de Siria habían salido bandas armadas, y
habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a
la mujer de Naamán.
(2 Reyes 5:2 RV 1960)
Naamán era en Siria, pero en Israel era un leproso,
y aquí llega la intervención de una muchacha que brinda la oportunidad a Naamán
de ser sano, pero pensemos en esta muchacha y miremos su situación, esta
muchacha estaba cautiva, es decir era una esclava.
Siria era el vecino de Israel al noroeste,
pero las dos naciones rara vez estuvieron en términos amigables. Bajo el
gobierno del rey David, Siria pagó tributo a Israel. En los días de Eliseo,
Siria estaba creciendo en poder y condujo incursiones frecuentes en Israel,
tratando de frustrar al pueblo y traer confusión política. Los israelitas a menudo
eran llevados cautivos a Siria luego de las incursiones exitosas de estos. La
sierva de Naamán era una israelita, secuestrada de su casa y de su familia.
Irónicamente, la única esperanza para Naamán de ser curado venía de Israel.
En medio de esta guerra cruel esta niña había
sido llevada ala fuerza , fue robada de su familia de su pueblo, de su religión
, esta niña le fue quitada ala fuerza la libertad , para esta niña todo parecía
derrumbarse , todo indicaba que su Dios la había olvidado, porque ella era del
pueblo de Dios, el que el escogió el que el llamo que es la niña de su ojos
(Zacarias 2:8), pero esta muchacha todo parece indicar que había prestado un
servicio fiel y delicado, porque de lo contrario no estaría como sirvienta en
la casa del General mas respetado de toda Siria.
Esta niña aun en si situación, en medio de la
amargura de estar lejos de su familia y en su condición de esclava, mostro la
verdadera razón de lo que es una persona del pueblo del Dios vivo y miremos el
verso tres.
Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al
profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. (2 Reyes 5:3 RV 1960).
Aunque cautiva, la
niña no se olvidaba de su patria ni de su Dios. Tampoco pensaba mal de los que
la habían apresado y la obligaban a una servidumbre forzada. Con el corazón
lleno de amor para Dios, simpatizó con su amo enfermo y con su esposa. En vez
de desearle mal a Naamán por las desgracias que le habían ocurrido a ella, le
deseó el bien y que sanara de su terrible
enfermedad.
Recordando las maravillosas obras de Eliseo en su patria, tuvo fe en que el
profeta podría sanar a Naamán de su lepra. Creyó que lo que Dios había hecho
mediante su siervo en Israel también podría realizarlo en favor de un
extranjero.
alguien más en la situación de esta niña puedo
haber pensado muchas cosas si miramos aún más a fondo la penosa situación de
esta muchacha, si Naamán era el general sirio por el cual Dios había sido el
instrumento de que Israel fuera derrotado y cautivo por Siria, quizás Naamán
fue responsable de muertes de sus familiares o de quizás muchas cosas horrendas
que esta niña pudo presenciar en el desarrollo de esta guerra en la cual dejo
como resultado su pueblo cautivo y ellas como esclava.
Pero aun así ellas vieron la oportunidad de
ayudar porque recuerden Naamán en Siria era general valeroso, pero en el pueblo
de Israel era un leproso y para refrescarle la memoria deje citarle como era la
situación en Israel.
1- Era considerado inmundo (levítico 13:3)
2- Era apartado de la gente y encerrado como
preso (levítico 13:14)
3- Era considerado impuro y obligado a vivir solo
(levítico 13:46)
4- Las ropas que usaba eran sometidas a
evaluación y era quemada (levítico 13:49-52)
Esta muchacha fue criada bajo esos preceptos
de la lepra, era una ley en su país que ella tuviera que vivir lejos y apartada
de un leproso y ahora esta situación es lo contrario ella tenia que vivir bajo
el mismo techo de una persona enferma de lepra lo que para ella y su religión y
sus estatutos era una persona inmunda, y ella tenia que vivir en su mismo techo
y servirle.
Y a pesar de esto ella es movida a
misericordia con el leproso general y ve en medio de su angustia una salida,
ella se acordó de su Dios y dio testimonio de su fe y su creencia aun en las peores
circunstancias. otra quizás dice porque he yo de ayudar a este que me tiene
como esclava?, mejor dejar se muera de una vez, no voy a ayudar a este que
tanto mal trajo a mi pueblo etc. Pero ella no pensó eso porque el que tiene la
fe y la seguridad de quien ha creído ve las circunstancia como la oportunidad
de ver su Dios glorificarse, porque el que cree, tiene fe, la fe no niega la
realidad de las cosas la fe la cambia.
Y esta muchacha llena de su fe y con la
certeza de un Dios que puede sanar y salvar le presenta ala esposa de Naamán la
siguiente y única solución a su desgarradora enfermedad.
Se consideraba que la
lepra era una enfermedad incurable, pero los padres de la niña hebrea le habían
enseñado que para Dios no hay nada imposible. Estos padres habían cumplido bien
con su responsabilidad, y como resultado la niña dio este maravilloso
testimonio en favor del Dios de Israel en una tierra que no lo conocía. Naamán
se enteró de la existencia de un poder que está por encima del poder de los
hombres, porque un padre fiel y una madre fiel de
Israel habían enseñado a su hija a amar al
Señor y a confiar en él.
Entrando Naamán a su señor, le relató
diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. (2
Reyes 5:4 RV 1960)
La fe de la pequeña y la petición de Naamán
contrastan con la terquedad del rey de Israel (5.7). Un líder de la poderosa
Siria buscó al Dios de Israel. El propio rey de Israel no lo hizo. No conocemos
el nombre de la niña ni mucho acerca de ella, pero sus breves palabras a su
señora trajeron sanidad y fe en Dios a un poderoso capitán sirio. Dios la había
colocado allí con un propósito, y ella fue fiel. ¿Dónde lo ha puesto Dios a
usted? No importa cuán humilde o pequeña sea su posición, Dios puede utilizarlo
para difundir su Palabra. Busque las oportunidades para decirle a otro lo que
Dios puede hacer. Nunca se sabe quién puede prestar atención a su mensaje.
Naamán narró al rey
de Siria lo que la niña cautiva le había dicho. Poco pudo comprender la niña la
importancia de sus palabras de fe en Dios. Naamán creyó porque la niña creía, y
aquél llevó su testimonio ante el rey de Siria. En esta forma Ben-edad sabría
que el Dios de Israel era un Dios poderoso y amante. Había derrotado en batalla
a los ejércitos de Israel, y podría haber pensado que los dioses de Siria eran
más poderosos que Jehová; pero tenía que aprender que el Dios de Israel podía
hacer lo que superaba con mucho al poder de los hombres y de los dioses sirios.
El testimonio máximo que pueda presentarse en favor del Dios del cielo es el
testimonio del corazón que tiene absoluta confianza en él.
La declaración de fe de una esclava que no le
importo su condición, ni la posición en la que se encontraba ahora sus palabras
tenia a la mujer de Naamán, al mismo Naamán y ahora sus palabras están siendo
expuesta ante el rey de Siria.
Y veremos ahora las palabras de fe de una
esclava hacer que el rey de Siria, pagano, incrédulo, idolatra y sobre todo cruel,
ahora cree en el Dios de los Israelita.
Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo
enviaré cartas al rey de Israel. Salió,
pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y
diez mudas de vestidos. Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían
así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi
siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. (2 Reyes 5:5-6 RV 1960).
El testimonio de esta
niña ya no solo engendró fe en Naamán y su esposa sino también en el Rey de
Siria, porque la fe engendra fe, el amor engendra amor. La fe es un círculo
siempre creciente que va de corazón a corazón, y de país a país hasta circundar
la tierra. Sólo la eternidad podrá medir los resultados del testimonio de
confianza en el Dios de Israel dado por la niña cautiva ante su señora en un
país extraño. Los reyes se trataban con reyes, y al ofrecer sus servicios a
Naamán, Ben-adad pensaba entenderse con el rey de Israel y no directamente con
Eliseo. En aquellos tiempos era común escribir cartas. Muchos ejemplares de
tales cartas nos han llegado hasta hoy.
Ya ahora las palabras
de la joven están impresas en una carta que no es llevada por un mensajero
común y corriente, sino más bien por el general más respetado de siria, pero Naamán
no conoce al profeta no tiene idea de quien es y lleva consigo una fortuna para
comprar su sanidad, no tenía idea que el hombre de Dios servía a Dios no por
las riquezas materiales sino por amo.
La fortuna que
llevaba Naamán era sumamente grande. En esos días no se acuñaban monedas, y los
lingotes o anillos de oro y plata se pesaban. Un talento de plata pesaba unos
34,2 kg, por lo tanto, Naamán habría llevado consigo 342 kg de plata. Las 6.000
piezas de oro equivalen a 6.000 siclos. A razón de 11,4 g por siclo,
aproximadamente, habría llevado 68,4 kg de oro, además de la plata. Nada
específico puede decirse del valor adquisitivo que en aquella época tenía tanto
metal precioso. Sin embargo, el hecho de que Naamán llevara consigo un tesoro
tan grande indica la gravedad de la situación en que se encontraba y su
vehemente deseo de ser
curado.
Sin duda el rey de
Siria creyó que el profeta, que tenía fama de realizar tales milagros, era
miembro de una orden religiosa que estaba bajo el control del Estado y a las
órdenes del rey.
Luego
que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios,
que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra?
Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí. (2 Reyes 5:7 RV 1960).
A
diferencias de la niña que muestra y expone a un Dios que, si puede sanar, y
que podía librar a cualquier persona de su mal con la única condición de que le
busque este rey de Israel mostro una actitud de enojo y rechaso ya que Se
consideraba que la lepra era una muerte en vida. El rey de Israel se daba
cuenta de que esa enfermedad sólo podía ser curada por Dios, y su fe en Dios no
le alcanzaba para creer que el Señor pudiera usar a un hombre como instrumento para
sanar a cualquiera que sufriera tal enfermedad.
En vez de vislumbrar
que en el pedido de Ben-adad tendría oportunidad de revelarse el maravilloso
poder de Dios, el rey de Israel sólo consideró el lado negativo de la
situación. Pensó que era imposible que el rey de Siria hubiese tenido buena fe
al escribirle esta carta. Creyó que era sólo un pretexto para buscar ocasión
contra él. Es probable que hubiera imaginado que Ben-adad le había hecho, a
propósito, un pedido imposible de cumplir, a fin de usarlo como excusa para
iniciar la guerra. En vez de pensar en el Señor o en Eliseo su profeta, Joram
sólo pensó en sí mismo y en su total incapacidad para hacer frente a la
situación.
Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey
de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has
rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel. Y
vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa
de Eliseo. (2 Reyes 5:8-9 RV 1960)
No vemos nada registrado
en la biblia de como Eliseo se entera de lo que había hecho Joram quien entonces
era el rey de Israel en ese momento, pero si Dios tenia un plan para cambiar la
vida del leproso general sirio.
Lo que Joram había
considerado como una catástrofe, era para Eliseo una oportunidad. Lo que el rey
de Israel no podía lograr, el profeta con gusto lo haría con la ayuda del
Señor. Mientras el rey estaba desesperado, el profeta se reanimaba en
esperanza. En horas de dificultad y perplejidad vale la pena recordar que hay
un Dios en el cielo que mira con amor y misericordia a sus débiles hijos de la tierra.
Joram tenía miedo de la visita del capitán del ejército sirio; pero Eliseo se
alegró de recibirlo. El rey no había tenido para Naamán ningún mensaje de
aliento, ninguna palabra de esperanza; pero Eliseo le pidió que viniera a él a
fin de encontrar salud para el cuerpo y vida para el alma. El profeta estaba
ansioso de que Naamán conociera el amor y el poder del Dios de Israel, y que
llevara de vuelta a su propio pueblo un mensaje de consuelo acerca de la
esperanza que todos pueden tener en Dios. El hogar de cada hijo de Dios debiera
ser un puerto de paz para todos los atribulados.
Y vino Naamán con sus caballos y con su carro,
y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. Entonces Eliseo le envió un
mensajero, diciendo: Vé y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te
restaurará, y serás limpio. (2 Reyes 5:9-10 RV 1960).
Sin duda una morada humilde. No se parecía a un
palacio real, pero en este hogar Naamán encontraría algo que el palacio del rey
no podía ofrecer. Para Naamán, la puerta de esa humilde vivienda se convirtió
en la puerta abierta a la vida y la esperanza. Ahora llega Naamán con
su pomposa caravana de caballos y el en un carro digno de de un general. Naamán
estaba acostumbrado a que le recibieran aquel se le hiciera reverencias y que
sobre todo se les rendiera honor, pero te recuerdo el titulo el en Siria era general,
pero en Israel era leproso, en Israel Naamán no tendría ninguna oportunidad,
pero en Siria él era un general.
Naamán, un gran héroe, estaba acostumbrado a
recibir respeto y se sintió agraviado cuando Eliseo lo trató como a una persona
común. Como hombre de orgullo, esperaba un trato preferencial.
Entonces
Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Vé y lávate siete veces en el Jordán, y
tu carne se te restaurará, y serás limpio. (2 Reyes 5:10 RV 1960).
El bañarse en un gran río era una cosa, pero el
Jordán era pequeño y sucio. Lavarse en el Jordán, pensó Naamán, era indigno de
un hombre de su jerarquía. Pero tuvo que humillarse y obedecer los mandatos de
Eliseo para poder sanarse. Las instrucciones que recibió Naamán hacen recordar
la orden de Jesús al ciego: "Ve a lavarte en el estanque de
Siloé"(Juan 9: 7). En ambos casos se dio una orden que puso a prueba la fe
del que la recibió. Sólo la obediencia plena efectuaría el saneamiento. Las
aguas del Jordán debían ser para Naamán aguas de salud y de vida. Hay sabiduría
en obedecer las órdenes del Señor. Cuando llegó el general sirio con su
imponente comitiva a la casa del profeta, Eliseo le envió un mensaje: “Ve,
lávate siete veces en el Jordán”. Este recibimiento, aparentemente tan
descortés para un extranjero de tan alta dignidad. Entonces este se indignó por
el trato y llega a esta conclusión.
Y
Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y
estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará
el lugar, y sanará la lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores
que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio?
Y se volvió, y se fue enojado. (2 Reyes 5:11-12 RV 1960).
Naamán tenía sus propias ideas, pero no
coincidían con las de Dios. Cuando oyó del hombre que podría curarlo de su
lepra, sacó de inmediato sus propias conclusiones acerca de cómo realizaría la
curación. Formuló su plan propio, y esperaba que Dios lo adoptara. Pero los
preconceptos humanos en cuanto a la forma de actuar del Señor muchas veces son
erróneos. Cuando trazamos de antemano los caminos que debe seguir la
Providencia, podemos desengañarnos.
Dios escogió sacar a Israel de Egipto a través
del mar Rojo, pero ése no era el pensamiento del hombre. Dios envió a su Hijo
para que naciera en un establo y fuera arrullado en un pesebre, pero esto no se
ajustaba a las ideas de los grandes y poderosos de la tierra. Dios hizo que su
Hijo viviera entre los hombres como siervo de los necesitados, pero esto no
concordaba con lo que los judíos pensaban acerca del Mesías que había de venir.
Quien desea ser salvo y quiere andar en los caminos del Señor, debe aprender
que estos caminos son infinitamente más altos y mejores que los caminos de los
hombres (Isa. 55: 8, 9).
Naamán
se fue enfurecido debido a que la cura de su enfermedad parecía demasiado
simple. Él era un héroe y esperaba una cura heroica. Lleno de soberbia y de
egocentrismo no pudo aceptar la simple cura por la fe. En algunas ocasiones la
gente reacciona de la misma manera al ofrecimiento de perdón de parte de Dios.
Sólo creer en Jesucristo de alguna manera no parece ser lo
suficientemente significativo para alcanzar la vida eterna. Seguir el consejo
de Dios no parece heroico. Lo que Naamán tuvo que hacer para limpiarse de su
lepra es similar a lo que tenemos que hacer para que nuestro pecado sea
limpiado: aceptar con humildad la misericordia de Dios. No permita que su
reacción ante el camino de la fe le evite curarse de lo que más necesite.
Mas
sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te
mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: ¿Lávate, y
serás limpio? El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán,
conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de
un niño, y quedó limpio. Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se
puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra,
sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo.
(2
Reyes 5:13-15 RV 1960)
Sin duda los sirios consideraban estos ríos como
mejores que todas las aguas de Israel. Los ríos de Damasco eran agradables y
hacían florecer la región como un rosal. En comparación con estos ríos que
daban vida a su tierra, a Naamán le pareció que el Jordán era un arroyo pequeño
y sin valor; pero si quería sanar de su lepra, debía bañarse en el Jordán y no
en el Abana. Se cree que el Abana de este pasaje corresponda al Amana de Cant.
4: 8, cuyo nombre se derivó de la montaña en donde nacía. Era el río más
importante de Damasco. Se cree que Farfar era el antiguo nombre de un río que
corre al sur de Damasco, cuyas aguas nacen en las alturas del monte Hermón.
Muchas veces los siervos demuestran que son más
sabios que sus amos, y los subordinados más inteligentes que los reyes. Al
hacer caso a las palabras de sus criados, Naamán encontraría el camino a la
vida y la salud. Naamán era un gran hombre y esperaba hacer grandes cosas. Era
arrogante y orgulloso, y el lavarse en las aguas del Jordán sería para él algo
humillante. Pero Dios lo estaba probando para su propio bien. Sólo en la
obediencia plena a las órdenes del Señor podía esperar hallar gracia ante Dios.
Su orgulloso corazón debía doblegarse, y ganar la victoria sobre su voluntad
terca y egoísta. Tenía que reconocer que el Dios de Israel era más poderoso que
los ídolos de los bosques de Siria, y que las instrucciones de Eliseo eran
superiores a sus propios deseos y pensamientos.
Antes de que pudiera recibir la bendición que
había venido a buscar, Naamán debió llegar al punto de reconocer a Eliseo como
varón de Dios y portavoz del cielo. La curación no se habría efectuado si no
hubiese acatado las palabras del profeta. Pero cuando actuó según se lo había
mandado el profeta, sanó de su lepra. Cuando Dios habla mediante un profeta,
hay que dejar de lado la opinión personal y aceptar el mensaje del Señor. Sólo
así podremos andar en
sus caminos y participar de sus bendiciones.
Mas
él dijo: Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba
que aceptara alguna cosa, pero él no quiso. Entonces Naamán dijo: Te ruego,
pues, ¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas?
Porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá
sacrificio a otros dioses, sino a Jehová. En esto perdone Jehová a tu siervo:
que cuando mi señor el rey entrare en el templo de Rimón para adorar en él, y
se apoyare sobre mi brazo, si yo también me inclinare en el templo de Rimón;
cuando haga tal, Jehová perdone en esto a tu siervo. Y él le dijo: Vé en paz.
Se fue, pues, y caminó como media legua de tierra. (2 Reyes 5:16-19 RV 1960).
Eliseo
rechazó el dinero de Naamán para mostrar que el favor de Dios no podía
comprarse. Nuestro dinero, como el de Naamán, es inútil cuando nos enfrentamos
a la muerte. No importa cuánta riqueza acumulemos en esta vida, se evaporará
cuando estemos de pie delante de Dios, nuestro Creador. Será nuestra fe en Jesucristo
la que nos salvará y no nuestras cuentas bancarias.
¿Cómo
podía ser perdonado Naamán al inclinarse ante un ídolo pagano? Naamán no estaba
pidiendo permiso de adorar al dios Rimón, sino de hacer su deber civil, ayudar
al rey a agacharse y a enderezarse cuando se inclinara. Conocido además como
Hadad-Rimón el dios de Damasco era considerado el dios de la lluvia y los
truenos. Naamán, a diferencia de sus contemporáneos, mostró una aguda
conciencia del poder de Dios. En vez de añadir a Dios a la colección de ídolos
de su nación, reconoció que sólo había un único Dios verdadero. No intentó
adorar otros dioses. El pedir perdón en esta área muestra el contraste marcado
entre Naamán y los israelitas, los que constantemente adoraban muchos ídolos.
Conclusión
Dios
busca personas con quién tratar sin importar del lado que este si te decides creer
a Dios y dejarte trabajar por el te puede hacer de un leproso general.
No hay comentarios:
Publicar un comentario