EL YOGA, SU ORIGEN Y EL GRAN PELIGRO DE PRACTICARLO. - Ministerio Sana Doctrina

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viernes, 16 de noviembre de 2018

EL YOGA, SU ORIGEN Y EL GRAN PELIGRO DE PRACTICARLO.


El Yoga y su origen 


Sistema metafísico del hinduismo. Generalmente indica ciertos métodos de autocontrol y meditación, pero forma parte de la filosofía religiosa del hinduismo. Se trata de uno de los seis darshanas o sistemas metafísicos (vista) del hinduismo (mimansa, vedanta, samkhya, nyaya y vaishesika son los otros). Muchos lo consideran una rama del sistema sankhya. También es parte de la capacidad de asimilación y síntesis de las antiguas creencias hindúes. Se atribuye a Patanjali del siglo III a.C. A pesar de considerarse actualmente como teísta pudiera haber sido un sistema filosófico ateo.
El yoga acepta la existencia de un Dios supremo y considera que el mundo tiene una existencia dependiente del pensamiento, lo cual indica una posición semirrealista.

 El propósito del yoga es la liberación del espíritu sobre la materia, a los efectos del karma. Sus seguidores o «yoguis», además de vegetarianos, son tradicionalmente indiferentes al sistema de castas prevaleciente en el ® HINDUISMO. Mediante ocho vías esperan alcanzar la concentración mental. Un método utilizado es fijar la mirada en el ombligo o en la punta de la nariz.
En un sentido amplio, el yoga se presenta como todo método o disciplina que tiende a lograr cierto grado de «salvación», entendida esta en su sentido hindú o en alguna versión modificada compatible con el origen del término. En un sentido más estricto, el yoga se propone la supresión de los estados de conciencia, es decir, de lo mental en beneficio de lo espiritual, como lo sugieren los métodos mencionados.

Se puede hacer distinciones entre yogas sicosomáticos y metafísicos, entre muchas otras de sus formas. Además de versiones hinduistas, jainistas y budistas, se ha propuesto un yoga cristiano, pero tanto el Vaticano como varias confesiones protestantes se pronuncian en torno a una incompatibilidad entre el yoga y la fe cristiana. Varios estudiosos hasta vinculan el origen del yoga con fenómenos espiritistas.

PELIGRO AL PRACTICARLO

  • En cualquiera de sus formas, la finalidad del yoga no es únicamente la relajación, la correcta respiración ni el bienestar o control físico, sino la “iluminación”. Es una “vía de perfección” (de ocho pasos) a través del control de los “elementos físicos y psíquicos” de la persona que pretende el “nirvana” (extinción del sufrimiento) para alcanzar la “iluminación” (apertura del “tercer ojo”) y la “unión con Dios”.

  • La “Iluminación” se lograría despertando a Shiva (deidad hindú) en forma de serpiente (kundalini), que se dice mora al final de la espina dorsal, o bien, en los genitales, con objeto de que ascienda desde ese punto por la columna vertebral y vaya “activando” uno a uno los seis o siete chakras (supuestos centros de energía ubicados a lo largo la espina dorsal), y así se una a su esposa Parvati (diosa “energía”) que le espera en la cabeza.
  • Instructores y difusores de esta disciplina como Ana Paula Domínguez (Directora del Instituto Mexicano del Yoga) confirman que, en efecto, las diferentes posiciones de ese método encarnaban al dios Shiva, a quien solían adorar mediante un símbolo fálico llamado linga, y que “el objetivo era obtener la liberación al fundirse con aquella poderosa deidad”

  • El Swami Prabhavananda advierte sobre los peligrosos efectos físicos que pueden resultar de los ejercicios de respiración yoga: “A menos que se hagan correctamente, hay una buena posibilidad de dañar el cerebro. Y las personas que practican este tipo de respiración sin una supervisión adecuada, pueden sufrir una enfermedad que ninguna ciencia o médico conocidos pueden curar”.

  • Existen ya testimonios de posesiones demoniacas, parciales o totales, en personas que practicaron el yoga. Los mismos ocultistas y médiums ya mencionados, nos confirman lo anterior, pues usaban su cuerpo con esta técnica para entrar en contacto con los “muertos” (espíritus malignos).

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